Carta abierta

Carta abierta – Un ejemplo de la expresión del dolor en la poesía de Juan Gelman, articulo de Aldo García Ávila, revista Parteguas, año 5, otoño 2009: Parteaguas – Carta abierta –

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Selección de poemas de Carta abierta, escritos por Juan Gelman entre 1979 y 1980:

I
hablarte o deshablarte/dolor mío/
manera de tenerte/destenerte/
pasión que munda su castigo como
hijo que vuela por quietudes/por
 
arrobamiento/voces/sequedades/
levantamientos de la ser/paredes
donde tu rostro suave de pavor
estalla de furor/a dioses/alma
 
que me penás el mientras/la dulcísima
recordación donde se aplaca el siendo/
la todo/la trabajo/alma de mí/
hijito que el otoño desprendió
 
de sus pañales de conciencia como
dando gritos de vos/hijo o temblor/
como trato con nadie sino estar
solo de vos/cieguísimo/vendido
 
a tu soledadera donde nunca
me cansaría de desesperarte/
aire hermoso/agüitas de tu mirar/
campos de tu escondida musicanta
 
como desapenando la verdad
del acabar temprano/rostro o noche
donde brillás astrísimo de vos/
hijo que hijé contra la lloradera/
 
pedazo que la tierna embraveció/
amigo de mi vez/miedara mucho
el no avisado de tu fuerza/amor
derramadísimo como mi propio
 
volar de vos a vos/sangre de mí
que desataron perros de la contra
besar con besos de la boca/o
cielo que abrís hijando tu morida
 
 
III
¿era escrita verdad que nos desfuéramos? /
¿qué voy a hacer con mí/pedazo mío? /
¿qué pedacitos puedo ya juntar? /
¿cómo reamarte/amor callado en
 
lo que compraste con tu sangre?/ ¿niña? /
¿encerradura de que no salís? /
¿país gravísimo donde gritás
contra la padre doledor de tanto? /
 
¿padre que te dolía/para vos? /
¿padrecimiento o lengua padecida
que habla/como no son de mi cabeza
estas canallas/estos padeceres? /
 
¿almita que volás fuera de mí? /
¿tan me desfuiste que ya no veré
crepuscularte suave como hijo
compañándome a pulso?/¿delantales
 
que la mañana mañanó de sol? /
¿bacas que te pacieron la dulzura? /
¿cuaderno de la vez que despertabas
como calor que nunca iba a morir?
 
 
VI
cuerpo que me temblás entrado al alma/
frío que me enfrías/manita tuya
manando sombra/sombra/sombra/sombra/
¿paro tu deshacerte en  algún lado? /
 
¿te rejunto otra vez? /¿te apeno el habla? /
¿te duelo el nunca? / ¿más? /¿o nunca más
me mirará hermoseando tu hermosura? /
¿descansás de tu piel? /¿desquerés mucho? /
 
¿me escuchás deteniendo tu pasaje
fuera de vos? /¿carita que solés
iluminarme el animal? /¿o pena? /
¿recorrerme la cielo/como sol? /
 
 
VII
deshijándote mucho/deshijándome/
o sea buscándote por tu suavera/
paso mi padre solo de vos/pasa
la voz secreta que tejés/paciente/
 
 
como desalmadura de mi estar/
¿niñito que pasás volando por
los trabajos grandísimos de vos? /
¿atando? /desatando? /¿atando para
 
 
que no me quepa en vos? /¿me fuese afuera
de este dolor? /¿adónde? /qué país
sangrás/para que sangre carnemente? /
¿por dónde andás/trístisimo de tibio?
 
 
X
el sufrimiento/¿es derrota o batalla? /
realidad que aplastás/¿sos compañera? /
¿tu mucha perfección te salva de algo? /
¿acaso no te duelo/te juaneo/
 
te gelmaneo/te cabalgo como
loco de vos/potro tuyo que pasa
desabuenándose la desgraciada? /
¿esa que llora al pie de mis muereras? /
¿acaso no te soy para padrearte? /
¿me vas a disculpar que te hije mucho? /
realidad que sufrís como pariendo/
tu sufridero/¿canta para mí? /
 
¿contra mí? /¿me mostrás lo que yo sea? /
¿me estás alando/ala de mi furor? /
¿te descriaturás como paloma
que busca un ojo ciego para ver?
 
 
XVI
golpeando amores/controlando penas/
paso de sol a luna/por criaturas
como prueba de vos/que habrás mirado
mucho/ya que andan por aquí vestidas
 
de vos/o sea hermosas/tiernas como
cuando miraba triste anocheceres/
y no querías dormir sino soñar/
tirabas de la noche a dos puñitos
 
 
XVII
no quiero otra noticia sino vos/
cualquiera otra es migajita donde
se muere de hambre la memoria/cava
para seguir buscándote/se vuelve
 
loca de oscuridad/fuega su perra/
arde a pedazos/mira tu mirar
ausente/espejo donde no me veo/
azogás esta sombra/crepitás/
 
sudo de frío cuando creo oír/
te/helado de amor yago en la mitad
mía de vos/no acabo de acabar/
es claramente entiendo que no entiendo
 
 
XIX
¿qué otro trabajo tenés/amor/sino
amar? /¿mirando con ojos del alma? /
¿desapartando sombras para ver
lo que amás? /¿laceración
o brillo/o bestia de dolor? /¿o lumbre
que ilumina una cuna de esperar? /
¿quién habrá de mecer a la solita?
 
 
XX
temprano empieza la alma a doler/pálida/
a incierta luz explora tu no estar/
el corazón se alza con pesares/
recorre cielo como sol buscando
 
todo el día/todos los días/arde
helado/como si los huesos se
desconyuntaran/o palabra muda
donde procuro andar contra la muerte/
 
alma que musicás música que
toda la anchura de la mundo a penas
pasa/rota/tristea alrededor
de lo que me dejaste/noche a pie
 
.
 el 26 de agosto de 1976
mi hijo marcelo ariel y
su mujer, claudia, encinta,
fueron secuestrados en
buenos aires por un
comando militar. el hijo
de ambos nació y murió en
el campo de concentración.
como en decena de miles
de otros csaos, la dictadura
militar nunca reconoció
oficialmente a estos
«desaparecidos». habló de
«los ausentes para siempre».
hasta que no vea sus cadáveres
o a sus asesinos, nunca los
daré por muertos.
 
 
.
 
Carta abierta – (Parìs – Roma, enero de 1980)
en: Interrupciones I – Libros de Tierra Firme, Ediciones Ultimo Reino, Bs. As., 1988
 
 
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El retrato postergado – Un documental sobre Haroldo Conti

Un largometraje documental sobre Haroldo Conti, realizado con el apoyo del I.N.C.A.A. (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). Director: Andrés Cuervo. Trailer:

(fuente: http://www.youtube.com/watch?v=AFgoc5utkaM)

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bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota) – XIX

XIX

Volví clandestinamente a Buenos Aires en mayo de 1978. Estaba bella la ciudad.

Mejor dicho, bellísima bajo esos días de mayo en que el otoño porteño admite un fuego, una calor de primavera muriendo o por nacer, nunca se sabe.

Me habían aconsejado que no caminara por el centro, que no frecuentara los sitios que solía frecuentar. Naturalmente: caminé por el centro, por los sitios que solía caminar. ¿Quién me iba a reconocer?

¿No estaba muerto Paco? ¿No habían secuestrado a Rodolfo y a Haroldo? ¿No habían matado al Jote, al Lino, a Josefina, a Dardo, a la Diana, tal vez? El restorán donde mi hijo escribió un poema sobre el mantel de estraza, este poema:

La oveja negra
 
pace en el campo negro
 
sobre la nieve negra
 
bajo la noche negra
 
junto a la ciudad negra
 
donde lloro vestido de rojo
 

el restorán estaba abierto, pero a mi hijo lo habían secuestrado dos años atrás y nunca supe de su suerte. Su mujer estaba encinta de siete meses cuando la secuestraron con él.

Leí los diarios de la época. En “La Opinión” –donde alguna vez trabajé, que alguna vez fundé-, un compañero intelectual de la izquierda (ex compañero o ex izquierda) sumaba su vocesita paga a la propaganda de la dictadura militar. El diario era de los militares para entonces, el ex compañero o ex izquierda, también.

Hago esfuerzos y no alcanzo a recordar su nombre. Era cuentista, o algo así, como su mujer, que se cagaba en Rosa Luxemburgo desde posiciones de izquierda. Tenía un ano de izquierda que no le habrá impedido evacuar la pitanza militar.

roma/20-5-80

Juan Gelman – bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota) – (Roma, mayo de 1980) en: Interrupciones II – Libros de Tierra Firme, Ediciones Ultimo Reino, Buenos Aires, 1986

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“El último” – Haroldo Conti

(… )  No sé a dónde me llevará ese camión ni qué será de mí el día de mañana. La verdad que el día de mañana no existe para mí y creo que por eso me siento vivo.
Levanto la mano y el camión se detiene.
Hace un rato era una mancha borrosa al extremo del camino. Sé que en este punto mi vida se cruza con la del tipo que trae encima y que a partir de ahora me nace otra vida, por así decir. Sé también que como estoy limpio y vacío le sacaré todo el gusto posible.
Así una vez y otra vez.
El tipo abre la puerta y agita una mano.
¡Allá voy, donde sea!

( extracto del cuento “El último” de Haroldo Conti)

 

 

 

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No puedo quejarme – Paco Urondo

No puedo quejarme

Estoy con pocos amigos y los que hay
suelen estar lejos y me ha quedado
un regusto que tengo al alcance de la mano
como un arma de fuego. La usaré para nobles
empresas: derrotar al enemigo– salud
y suerte–, hablar humildemente
de estas posibilidades amenazantes.
Espero que el rencor no intercepte
el perdón, el aire
lejano de los afectos que preciso: que el rigor
no se convierta en el vidrio de los muertos; tengo
curiosidad por saber qué cosas dirán de mí; después
de mi muerte; cuáles serán tus versiones del amor, de estas
afinidades tan desencontradas,
porque mis amigos suelen ser como las señales
de mi vida, una suerte trágica, dándome
todo lo que no está. Prematuramente, con un pie
en cada labio de esta grieta que se abre
a los pies de mi gloria: saludo a todos, me tapo
la nariz y me dejo tragar por el abismo.
 
Paco Urondo
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Luis Sepúlveda y Juan Gelman

Luis Sepúlveda en Carne de Blog cuenta su amistad y admiración para Juan Gelman

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Juan Gelman y otras cuestiones

Les proponemos acá la visión del maravilloso documental producido y dirigido por Jorge Denti en el 2005 (México-Argentina),  en el cual Gelman mismo nos cuenta momentos de su vida y de su trayectoria artistica. Contiene también la lectura, por el poeta mismo, de algunos de sus más amados poemas.

Juan Gelman y otras cuestiones, Producción y Dirección: Jorge Denti, Editora del videograma: TVAL Producciones. TVU teleunam



Juan Gelman y otras cuestiones (Parte 1/5) di elortiba

Juan Gelman y otras cuestiones (Parte 2/5) di elortiba

Juan Gelman y otras cuestiones (Parte 3/5) di elortiba

Juan Gelman y otras cuestiones (Parte 4/5) di elortiba

Juan Gelman y otras cuestiones (Parte 5/5) di elortiba

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Gelman en Babelia – Feria de Madrid

El poeta argentino y premio Cervantes Juan Gelman inaugura en este vídeo el especial con el cual Babelia lleva a los internautas la 70ª Feria del Libro de Madrid, que empieza hoy y se cierra el 12 de junio.

(fuente: http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/)

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Juan Gelman…poesía en su propia voz

Juan Gelman recibió durante le segunda quincena de septiembre un reconocimiento del Estado de Chihuahua, dentro del marco del festival Literatura en el Bravo, Ciudad Juárez 2009. Aquí algunos de los poemas que leyó en dicho acto y que podemos escuchar y ver..

(fuente: La Otra – Revista de Poesía)


Videos tu.tv

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com/posizioni

L’esiliato Gelman tradotto dalla varesina Branchini

“L’esilio e l’impegno come condizioni dolorose e inevitabili, quasi elettive dell’uomo: questa l’esperienza poetica e umana dell’argentino Juan Gelman. Poeta, giornalista e saggista, Gelman aderisce negli anni ’50 al Partito Comunista; vent’anni dopo, il regime Videla imprigiona e assassina figlio e nuora: Gelman vive molti anni in esilio. Apprezzato dai più importanti intellettuali in Europa e sud America, riesce a rientrare tardivamente in patria, pur scegliendo negli ultimi anni di vivere in Messico e ritrovando in Uruguay sua nipote, nata in carcere. …”

… continue reading: ‘L’esiliato Gelman tradotto dalla varesina Branchini’ en Varese Report
 

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I Pontieri di Nimrod su Juan Gelman

“Questo blog si è montato la testa: dopo aver conosciuto lungo le autostrade informatiche un’eccellente traduttrice, Laura Branchini, ne ha approfittato per porle qualche domanda generica cui lei, gentilissima, ha subito risposto. La ringrazio davvero tanto.
Laura è la traduttrice di riferimento per la lingua italiana dell’opera di Juan Gelman, poeta di cui ci siamo occupati or non è guari. Queste le sillogi pubblicate con la sua traduzione: Lettera a mia madre (Guanda), Nel rovescio del mondo (Interlinea), Doveri dell’esilio (Interlinea), Valer la pena (Guanda) e il recentissimo Com/posizioni (Rayuela). La qualità del lavoro di Laura, a mio avviso, è testimoniata anche dai premi con cui il nostro paese ha insignito lo scrittore di Buenos Aires, da ultimo il premio Lerici Pea 2003 e il premio Poesia Civile Città di Vercelli 2006. Segno che la cifra gelmaniana è pervenuta integra e fresca fino a noi! …”

… continue reading: ‘I pontieri di Nimrod: Laura Branchini’ sobre el libro ‘com/posizioni’

 

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Azcapotzalco – Recital de poesia de Juan Gelman

Recital de poesía de Juan Gelman en el marco de la 2a feria Internacional del Libro de Azcapotzalco, abril 2011, México.

(fuente: http://www.youtube.com/user/paraleerenlibertad)

 

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gozo de escritor

“Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma”.

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Introducción a INTERRUPCIONES I – Julio Cortázar (1981)

Contra las telarañas de la costumbre

 

Juan Gelman ha querido que su libro se abriera con unas palabras mías, palabras de compatriota en el sentido más hondo, allí donde la noción de patria quiere decir tanto más que una pertenencia geográfica.
Jamás un amigo me pidió algo tan difícil,  jamás el afecto y la confianza de alguien muy querido me puso contra la pared como en este momento. Era preciso que Juan fuera Juan y que yo fuera Julio; era preciso que este libro viniera a golpearme en plena cara con su amarga y a la vez límpida fuerza; era preciso que su razón de ser contuviera todo eso que desde hace años vuelve cada noche  en mis pesadillas y que en la vida diaria trato de denunciar y de atacar con mis pobres recursos de escritor. Quisiera decirlo ya, no estoy presentando a este libro de Juan, lo estoy simplemente acompañando yendole al lado como quiero seguir al lado de Juan en lo que nos queda de voz y de vida, para un día volver con Juan y con tantos otros compañeros a lo verdaderamente nuestro.
Tal vez  lo mejor que puedo decirle al lector es que entre en estos poemas como se entra en un sendero, siguiéndolo en sus curvas y sus ascensos, deteniéndose allí donde el camino parece detenerse en las encrucijadas y reanudando la marcha como la reanuda cada poema desde el anterior. Un solo y único poema nace de todos ellos, el último ilumina el primero como el primero contiene el último, y cada uno es un paso en la continuidad de la ruta. Dejarse llevar por ella es ir ganando a cada página esa visión total que de pronto cristaliza transparentemente las etapas previas y la meta final. Pero de nada valdrá seguir la senda si no empezamos por quitarnos las telarañas de la costumbre, las obstinadas categorías de la convención. Aquí se ha hecho palabra la realidad más concreta de estos últimos años argentinos, y sin embargo esa realidad escapará a quienes apliquen a la lectura los códigos de la escritura política o los de la usual poesía combatiente, e incluso a quienes aceptan masivamente los criterios de la escritura corriente. Sólo leyendo abierto, dejando que el sentido entre por otras puertas que las de la armazón sintáctica o las manoseadas imágenes, metáforas o figuras más o menos arduas pero ya asimiladas a la tradición poética, sólo así se accederá a la realidad del poema, que es exacta y literalmente la realidad del horror, la muerte y también la esperanza en la Argentina de nuestros días. A todos nos sucederá lo mismo, la sorpresa ante las continuas transgresiones que se suceden a lo largo del camino, pero sólo quienes la asuman y de alguna manera las continúen merecerán un libro que quisiera contenerlos, contenernos a todos.
Ya sé que no es facíl. Quizás nos hemos habituado demasiado a que la poesía combatiente diga sin rodeos todo lo que tiene que decir, y que aunque lo diga bellamente, su ritmo sea el tradicional y sus palabras organicen dramática y líricamente la transmisión de un mensaje muchas veces superficial. Quizás estamos hoy confundiendo facilidad con eficacia, y no faltan quienes conviertan esto en una condición imperativa de la poesía de combate. Sí, no es fácil entrar desde la primera línea en un discurso que va de tal manera contra la corriente que incluso pisotea sin lástima las reglas más ahincadas de nuestra seguridad mental, de nuestras grillas prosódicas, de nuestra aceptación pasiva de las funciones gramaticales. Cuando Juan convierte el sustantivo dictadura en un verbo, la primera reacción en la lectura rápida es de sorpresa y casi de escándalo, se mira el verso como si estuviera afeado por una errata de imprenta, y de pronto se da el salto (cuando se lo da, que es lo que espero)  y se descubre la riqueza de esa matáfora tan profundamente ligada con nuestra realidad en la que todo está dictaturado, en la que la noción de durar se vuelve insoportablemente manifiesta, en la que seguirán dictadurándonos mientras no aprendamos y apliquemos el infinito contralenguaje de la palabra y de la revolución.  Y esto no es más que una instancia en la continua negación de lo aceptado y lo aceptable que da a la poesía de Juan Gelman su máxima capacidad de transmisión. Ahí donde lo masculino se vuelve femenino y viceversa para pisotear los cánones del pensamiento estereotipado, ahí donde sin vacilar se vuelven activas y operantes tantas palabras que manejamos pasivamente, el poema cesa de ser comunicación para volverse contacto, Juan y su lector cesan de estar solos y recorrer separadamente ese camino que busca llevarnos hacia nosostros mismos.
Hombre al que le han segado la familia, que ha visto morir o desaparecer los amigos más queridos, nadie ha podido matar en él la voluntad de subtender esa suma de horror como un contragolpe afirmativo, creador de nueva vida. Acaso lo más admirable en su poesía es su casi impensable ternura allí donde más se justificaría el paroxismo del rechazo y la denuncia, su invocación de tantas sombras desde una voz que sosiega y arrulla, una permanente caricia de palabras sobre tumbas ignotas. Cada diminutivo, cada nombre dicho como quien acuna o tranquiliza, hinca todavía más hondo la irrestañable denuncia de esas innúmeras muertes que tantos de nosotros llevamos como el albatros a todo cuello y sin saber volverlas del lado de la luz. También yo quise a Paco, a Rodolfo, a Haroldo, a tantos más, y sólo supe llorarlos; con Juan, por Juan, me acerco ahora a ellos de otro modo, el que ellos hubieran preferido.
Por eso tampoco debería desconcertar que aquí se sucedan interminablemente las interrogaciones frente al gran silencio en que se han sumido esas voces queridas. Juan pregunta, una pregunta sigue a la otra, hay poemas que son solamente preguntas. Siento que ahí, por encima del amor y la rebeldía que no se resignan al silencio, hay también una razón de ser que nos abarca a todos los que hoy empezamos tambien a interrogarnos sobre el destino que nos ha cercado, diezmado y dispersado en estos años. Cuando Juan pregunta se diría que nos está incitando a volvernos más lúcidamente hacia el pasado para después ser más lúcidos frente  al futuro. No hemos sabido hacer las preguntas a tiempo, ésas que desnudan, que violan, que rasgan de arriba abajo las telas del conformismo y de la buena conciencia.  No hemos sabido mirarnos en el espejo de nuestra verdadera realidad argentina; y si algo nos traen hoy los poemas de Juan Gelman es una actitud, una manera a la vez reflexiva instintiva de buscar lo que de veras somos sin las simplificaciones a veces suicidas que nos han arrojado tan lejos de lo nuestro.
Esta actitud no necesita de gritos, de proclamas ni de denuestos; la fuerza más extrema de la palabra de Juan nace de haber dejado atrás la superficie del dolor y de la cólera para ahondar en sus raíces, en esa zona vital y mental desde donde la reflexión y la acción pueden recomenzar con una eficacia que tantas veces les faltó en medio del ruido y del furor. Volver positividad a la abominable suma del oprobio y de la desgracia: sí, todavía hay alquimias posibles cuando se posee el lugar y la formula como lo poseen hoy los poemas de Juan.
 
Julio Cortázar
(1981)
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Carta muy abierta a Francisco Urondo

(de Julio Cortázar, publicada en Liberatión, 1973)
 
 
.
.

Parece, según noticias de buena fuente, que de un tiempo a esta parte, no es nada fácil dar con vos personalmente. Siempre fuiste un poco jodón, pero en este caso estoy convencido de que no tenés la culpa de que los amigos no puedan tomarse un vinito con vos, y como no soy rencoroso te escribo, Paco, con la seguridad de que muy pronto has de cambiar de conducta y no solamente aceptar visitas sino incluso devolverlas. A la espera de todo eso te voy a hacer rabiar un poco, porque si a vos no se te puede ver resulta que a otros si, y a lo mejor te divierte que te cuente como me las arreglé en Quito hace apenas dos meses, para ir a pegarle un abrazo a Jaime Galarza. Yo a este punto ya lo conocía de París, no personalmente pero allá, lo sabés de sobra, somo muchos los latinoamericanos que se juntan y hablan y por ahí van saliendo algunas cosas, pavaditas, claro, no vamos a exagerar. Y los ecuatorianos me habían contado cosas de Galarza, yo lo había leído y de golpe zás, El festín del petróleo. Nada, doscientas páginas poniendo en claro lo que a mucha gente le interesaba mantener oscuro, el invariable escamoteo de una riqueza casi increible, pactos y contratos y consorcios y cualquier cosa menos petróleo del Ecuador para los ecuatoriños. Vos te imaginás las consecuencias del libro: por un lado la edición que se agota antes de que haya tiempo de secuestrarla, y por otro una maquinita bien montada, Jaime Galarza a la cárcel como”cómplice intelectual” de una operación más bien movida en un supermercado. Todas estas cosas se repiten tanto que uno tiene la impresión de estar contando siempre lo mismo, en todo caso si te aburrís chiflame. Lo fuí a ver, y resultó más fácil de lo que pensaban algunos. Fuí con la rubia Mireya (como irrespetuosamente la llamaste vos alguna vez a mi compañera), porque esta lituana loca no es de las que me deja ir solo a lugares de mala fama. Y como mala, es mala, algo sabés de eso, te sacan el pasaporte a la entrada y vos pensás que por ahí se les pierde, esos descuidos penosos. A Jaime lo encontramos con otros huéspedes del hotel y algunos amigos, entre ellos por extraña coincidencia un periodista que visitaba a otro detenido y que al día siguiente dió la noticia a tres columnas, cosa que te probará la utilidad de esa clase de circunstancias. Hablamos largo de Festín y de otros petróleos de este continente, yo aprendí algunas cosas que acaso serán útiles cuando vuelva a Francia, y además, hubo todo eso que hoy no puede haber entre vos y yo, ese quedarse callados, mirándose como nos miramos los amigos, con esa mirada que no tendrán nunca los que nos separan. Me fuí, claro, pero me fuí sabiendo que de alguna manera no me iba, y que también Jaime se iba conmigo en esa zona del corazón que está para siempre a salvo de los cercos, las rejas y el odio. Cambiamos un par de libros y abrazos, la rubia Mireya organizó como sólo ella sabe hacerlo un sistema perfecto de postes restantes, revistas, publicaciones y antibióticos para la muchachada de a bordo. A mi pasaporte no le faltaba ni un sello a la salida, y más bien pienso que tenía uno de yapa. Ahora sé quién es de veras Jaime Galarza, ahora me siento más fuerte porque su prisión, las cicatrices de la tortura en sus muñecas, serán como tantas otras cosas, parte de mi fuerza. Y si te cuento esto, Paco viejo, es porque sé que te gustará leerlo y que para vos será como si te hubiera visitado, como si también vos y yo hubiéramos fumado juntos un rato, mirándonos con nuestra sorna de porteños. Y también porque otros leerán esta carta, cerca o lejos de vos, y comprenderán que de alguna manera quise estar con todos, y que mi abrazo con Jaime es el que todos nos damos y nos daremos siempre, hoy de lejos, mañana en esa calle abierta en que nos encontraremos para seguir el largo, necesario y hermoso camino que lleva a nuestro sueño.

Julio 
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Poemas de Juan Gelman dedicados a Rodolfo Walsh

Poemas leídos por Juan Gelman al recibir el premio Rodolfo Walsh, Universidad de La Plata, 2002:

.Nota VI

 
.
me pregunto qué sería
de la belleza de Rodolfo ahora/
esa belleza en vuelo lento
que le iba encendiendo ojos/
esta vez que nos derrotaron
por soberbios y ciegosordos/
pero tal vez sí volaría/
 
o volaría triste triste
corriendo el mundo con la mano
para mostrar los compañeros
que cayeron por la belleza
 
.
.
Rodolfo escribió esto en mí.
 
.
.
Nota XII
 
.
los sueños rotos por la realidad
los compañeros  rotos por la realidad/
los sueños de los compañeros rotos
¿están verdaderamente rotos/perdidos/nada/
 
se pudren bajo tierra?/¿su rota luz
diseminada a pedacitos bajo tierra?/¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se
reúnen?
 
y los pedacitos de los compañeros/¿alguna vez
se juntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día
come dice manuel?/¿y se
juntarán un día?
de esos amados pedacitos está hecha nuestra
concreta soledad/
per/dimos la suavidad de paco/la tristeza de
haroldo/la lucidez de rodolfo/
el coraje de tantos
 
ahora son pedacitos desparramados bajo todo
el país
hojitas caídas del fervor/la esperanza/la fe/
pedacitos que fueron alegría/combate/
confianza
en sueños/ sueños/ sueños/ sueños/
 
y los pedacitos rotos del sueño/se juntarán
alguna vez?
¿se juantarán algún día/pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido
del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?
 
 
.
.
Nota I
 
.
te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré uno con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar, derrota.
nunca me faltará un rostro amado para
matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que mueras/
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.
 
 
.
.
Nota II
 
.
ya que moría mañana
me moriré anteanoche/
con un cuchillito fino
voy a cavar el 76
para limpiarle las raíces a paco
las hojitas a paco
clavado al suelo como una mula rota
 
gente me quería ayudar/
después le toca al 77
para encontrar los ojos de rodolfo
como cielos terrestres
fríos fríos fríos
diseminados por ahí/
mirada vacía ahora
 
va a haber que trabajar
limpiar huesitos que no hagan
negocio con la sombra
desapareciendo/dejándose ir
a la tierra ponida sobre
los huesitos del corazón/
compañeros denme valor/
 
la sombra vuela alrededor
como un objeto en mi pieza/
ni remedio que la pueda parar/
ni corazón ni nada/
ni la palabra  nada/
ni la palabra corazón/
pañeros/compañeros
 
.
.
Rodolfo escribió esto en mí.
 
 
.
.
Nota XXIII
 
.
muertos que hablo y que me hablan
en las palabras que palabro/
estas mismas palabras que
cierran mi voz como una noche/
 
o como rostros compañeros
que giran bellos en su luz
como palabras/como sombras
apalabrándose a la muerte
 
 
.
.
También escribió esto en mí Rodolfo, que amó al futuro, a los que no se rinden, a la esperanza insobornable, a la alegría de todos.

 

 
.
.
Nota XXVII
 
.
de lo posible a lo probable/del
sueño a la realidad hay como
mares/playas nocturnas donde
animales de pico descarnan
 
formas mojadas por los jugos
del corazón/así viajamos
del pecho al seco sol que dora
la maravilla/o existir
 
 
.
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Otras ecrituras
 
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La noche te golpea la cara como los pies de
Dios/
¿qué es esta luz que sube de tus muertos?/¿ves
algo
a la luz de esta luz?/¿qué ves?/¿huesitos
sosteniendo el otoño?/¿alguno
 
raspando las paredes del mundo con sus
huesos?/¿ves más?/
¿están raspando las paredes del alma?/
escriben
“viva la lucha”?/¿raspan
los muros de la noche?/¿escriben “viva el
alma”/
 
raspan el fuego donde ardí y murimos/todos los compañeros?/¿escriben?
¿en el fuego?/¿en la luz?/¿en la luz de esa luz?/
ahora pasan los compañeros con la lengua
cerrada/
pasan entre los pies y los caminos de los pies/
pasan cosidos a la luz/
raspan el silencio con un hueso/
el hueso está escribiendo la palabra “luchar”/
el hueso se convirtió en un hueso que escribe/
 
 
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A Lilia Ferreyra, la clara compañera de Rodolfo

 

 

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¿Hay más claridad en la sombra
que luz en la claridad?
A qué parte del mundo Rodolfo se fue?
Allí somos fantasmas.
Allí circula su ancha sangre que tiene palabras.
¡Muerte que así retrocedés!
¡Flores nacidas del vacío que late!
No conseguís dormir.
El escribe en las paredes del sueño su corazón robado.
 
 
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Palabras

Villa Crespo, historico barrio de Buenos Aires, donde ha nacido Juan Gelman - Foto del 1940

1940 – Una foto del barrio de Villa Crespo (Buenos Aires), donde ha nacido Juan Gelman.

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