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1.Tapa del libro La palabra justa – Literatura crítica y memoria en Argentina 1960-2002 de Miguel Dalmaroni, RIL Editores, 2004 – 2. Retrato de Raul Gonzalez Tuñon, dibujado por Carlos Terribili – 3. Retrato de Francisco Urondo, quién dijo que quería “buscar la palabra justa”.
En el libro de Miguel Dalmaroni La palabra justa hay un capítulo intitulado: Juan Gelman: del poeta legislador a una lengua sin estado en el cual el ensayista examina la cuestión de la lengua poética de Gelman relacionada con la realidad política y social en la que se ha hallado en el tiempo.
Las reflexiones son muy interesantes y constituyen un punto firme en la crítica sobre la obra poética de Gelman hasta hoy. Así empieza:
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“En el prólogo que Raul Gonzalez Tuñon escribió para “Violín y otras cuestiones”, el primer libro de Juan Gelman, hay una epígrafe de Shelley que puede leerse como un mandato de la tradición, es decir como el precio que paga el proyecto estético de Gelman para comenzar con ese espaldarazo consagratorio: “Los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo”.
Durante todo el itinerario de la poesía de Gelman es posible advertir la resonancía de ese mandato , que es una variación o un uso históricamente situable del “gobierno de la ciudad por los poetas”; una fórmula en la que se condensa como consigna el prestigio de una tradición cultural , apta y disponible para ser reescrita en innumerables variantes destinadas a legitimar, cada vez, contextos, significaciones y propósitos diferentes por sobre el núcleo común que primero se reconoce en ellas y que es retomado de modo más o menos deliberado.
… Creo que el curso de su poesía termina por transformar el mandato, del que no quiere deshacerse, al traducirlo o traicionarlo en su reemplazo por la construcción de una lengua sin “estado”. …”
(sigue leyendo acá).
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Gracias al excelente proyecto Memoria Académica de difusión de textos académicos desarrolado por la FaHCE – Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de La Plata- el libro se puede descargar por completo acá: Dalmaroni La palabra justa.