XIX
Volví clandestinamente a Buenos Aires en mayo de 1978. Estaba bella la ciudad.
Mejor dicho, bellísima bajo esos días de mayo en que el otoño porteño admite un fuego, una calor de primavera muriendo o por nacer, nunca se sabe.
Me habían aconsejado que no caminara por el centro, que no frecuentara los sitios que solía frecuentar. Naturalmente: caminé por el centro, por los sitios que solía caminar. ¿Quién me iba a reconocer?
¿No estaba muerto Paco? ¿No habían secuestrado a Rodolfo y a Haroldo? ¿No habían matado al Jote, al Lino, a Josefina, a Dardo, a la Diana, tal vez? El restorán donde mi hijo escribió un poema sobre el mantel de estraza, este poema:
La oveja negra pace en el campo negro sobre la nieve negra bajo la noche negra junto a la ciudad negra donde lloro vestido de rojoel restorán estaba abierto, pero a mi hijo lo habían secuestrado dos años atrás y nunca supe de su suerte. Su mujer estaba encinta de siete meses cuando la secuestraron con él.
Leí los diarios de la época. En “La Opinión” –donde alguna vez trabajé, que alguna vez fundé-, un compañero intelectual de la izquierda (ex compañero o ex izquierda) sumaba su vocesita paga a la propaganda de la dictadura militar. El diario era de los militares para entonces, el ex compañero o ex izquierda, también.
Hago esfuerzos y no alcanzo a recordar su nombre. Era cuentista, o algo así, como su mujer, que se cagaba en Rosa Luxemburgo desde posiciones de izquierda. Tenía un ano de izquierda que no le habrá impedido evacuar la pitanza militar.
roma/20-5-80
Juan Gelman – bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota) – (Roma, mayo de 1980) en: Interrupciones II – Libros de Tierra Firme, Ediciones Ultimo Reino, Buenos Aires, 1986